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La calidad en una Obra Civil
La calidad en una Obra Civil
Por: Mc. Diego Armando Resendiz Merlos
Coordinador de Geotecnia de la empresa Laboratorio y Consultoria LOA
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Definimos calidad como el conjunto de propiedades y características de un objeto que permite valorizarlo o compararlo respecto a un patrón o estándar.
En el caso de las construcciones todo proyecto que se materializa debe cumplir en principio de cuenta con tres cuestiones fundamentales:
1.- Una estructura debe ser segura, minimizando la probabilidad de que esta llegue a un estado de falla que pueda comprometer la seguridad de sus usuarios.
2.- Una estructura debe ser funcional, cumpliendo con los objetivos para los cuales fue construida, ello de forma adecuada durante su periodo de servicio.
3.- Una estructura debe ser eficiente, de manera que para su construcción y operación se haga uso de la menor cantidad de recursos (económicos y ambientales) para que el costo beneficio arroje en el balance la conveniencia de construirla.
En los últimos años, la revista Concamin se ha ido constituyendo en un referente de difusión del conocimiento científico en ciencias y áreas afines, a través de la publicación de artículos originales e inéditos, con una sólida exigencia en los procesos arbitrales con pares académicos de reconocida trayectoria académica e investigativa. Así mismo, la revista se ha ido posicionando en la comunidad científica como un medio de consulta sobre avances y resultados de investigación, especialmente en temas de Biología, Física, Química, Matemáticas y Estadística.
Si asumimos que la seguridad, la funcionalidad y la eficiencia de una estructura son características mayormente medibles entonces podemos asumir, que el cumplimiento de esas propiedades refleja parámetros de calidad que garantizan el adecuado desempeño de esta. Resulta evidente de ello que las deficiencias en la “calidad”, es decir que nuestra estructura posea propiedades desfavorables para cualquiera de los tres ámbitos ocasionara problemas que van desde sobrecostos, perdidas en su funcionalidad y/o durabilidad hasta incluso comprometer la integridad de la misma.
Abonar por ende a la cultura de la calidad en una construcción desde la misma etapa de proyecto hasta su construcción y mantenimiento, es garantizar que nuestra estructura cumplirá con los objetivos por los cuales fue concebida durante su horizonte de vida e incluso aún más siendo esto un valor agregado.
Estas conclusiones que parecen obvias sin embargo, en nuestro país muchas veces resultan letra muerta cuando a los números nos referimos; estudios realizados por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) arrojan que la inversión en infraestructura se ve sustancialmente mermada al tener que reinvertir hasta un 50% adicional respecto al costo inicial total en maniobras correctivas o mantenimientos por estructuras con daños acelerados y prematuros respecto a su horizonte de servicio.
La Auditoria Superior de la Federación estimo en 2012 daños al erario público por mas de 25 mil millones de pesos, debido a incumplimientos de especificaciones de construcción y normas de calidad de materiales y equipos. En el plano internacional tenemos también estudios realizados en décadas anteriores en Estados Unidos que arrojaban que los daños en infraestructura publica y privada generaba costos anuales por encima de los 2.3 Billones de dólares solo por comportamiento inadecuado de los suelos y/o la cimentación (Jones &Holtz, 1973). Lo cual supera los costos en el mismo periodo, provocados en dicho país debido a daños producidos por desastres naturales en conjunto como Huracanes, Tornados, Temblores etc.
Como abonar a la calidad en una Construcción:
La calidad de nuestra estructura entendida como el conjunto de características en cumplimiento que debe tener, no es una cuestión exclusiva de una etapa (Proyecto, Construcción, Mantenimiento) ni de una sola parte (Proyectista, Constructor, Supervisión , Laboratorio) sino es una labor conjunta en la que la participación de todos los involucrados se vuelve indispensable, un engranaje preciso apoyados en cuestiones fundamentales: el criterio y el conocimiento técnico que como ingenieros tenemos y que es en primera instancia la base en la que apoyamos la toma de decisiones diarias que posteriormente se verán materializadas en un elemento de nuestra construcción.
Decía el Doctor Karl Terzaghi – quien es conocido como el padre de la mecánica de suelos – “Los planos de construcción no son más que un sueño deseado” y en efecto, en la medida en que una construcción avanza es con base en un proyecto bien desarrollado que el ingeniero deberá realizar los ajustes adecuados para salvaguardar la calidad de la misma.
La calidad de quien cuida la calidad
Queda para otra ocasión o momento platicar de uno de los principales jugadores dentro de la calidad de una obra: Los laboratorios de materiales o mejor conocidos como laboratorios de control de calidad, quien ya sea en la etapa de proyecto, construcción o de servicio trabajando en conjunto con el despacho ingenieril han de proporcionar mediante ensayes normalizados y su correcta interpretación, uno de los pilares principales sobre los que los demás actores puedan apoyar sus acciones.
Si asumimos la calidad como un tema de primer orden, la pregunta es ¿le damos la importancia requerida a estos organismos?; los datos dicen que en promedio el gasto en laboratorio respecto al monto total de ejecución representa solo entre el 1% y el 3%, parece en primera mano que dicho porcentaje dista de ser suficiente. Por otro lado y no menos importante es la “calidad” de estos laboratorios; al ser garantes de algunas de las propiedades de los materiales mas relevantes en el desempeño de nuestras estructuras es natural preguntar si el laboratorio cuenta con las capacidades técnicas y operativas para llevar a cabo tal función, aquí las certificaciones, acreditaciones y la evidencia que el laboratorio pueda aportar de su capacidad resulta una piedra angular en lo que a la calidad de nuestra obra refiere.
