El ser humano busca de manera constante relacionarse con la naturaleza. Existe un término para describir esta necesidad imperiosa de vincularse a lo natural: Biofilia. Este término proviene del griego bios, que significa vida, y philia, que es amor o inclinación a. Por lo tanto, podemos decir que Bioflilia significa “Amor a lo vivo” o a las cosas vivientes.
El Diseño Biofílico promueve que se incorporen elementos o referencias del mundo natural en los espacios. Pero ¿qué beneficios tiene aplicarlo? Se ha demostrado a través de muchas investigaciones y con datos medibles que el contacto con la naturaleza trae grandes beneficios a la salud humana: de ahí la importancia de generar esa conexión e intentar traer a la naturaleza al interior de los espacios. De esta manera, el Diseño Biofílico se ha vuelto una herramienta crucial para generar espacios de bienestar que promuevan esta conexión e interacción directa con la naturaleza. Ejemplos de esto lo podemos ver en espacios como hospitales, donde se ha visto que los pacientes con mayor contacto con la naturaleza tienen una recuperación más acelerada; en las escuelas los niños con acceso directo a áreas verdes y que pueden conectarse mejor con elementos naturales, dan mejores resultados académicos.
Al tener una influencia directa en nuestro estado emocional y físico, el valernos del Diseño Biofílico en diversos ámbitos trae grandes beneficios para la salud en general, ya que este contacto con la naturaleza nos regresa a nuestro deseo de conexión, a la necesidad de introspección, potencializa nuestra curiosidad y nuestro sentido de comunidad.
Retomando el texto de Erich Fromm, el primero el utilizar el término en su libro “El corazón del hombre”: “La necesidad humana de la naturaleza está vinculada no sólo a la explotación material del medio ambiente, sino también a la influencia de la naturaleza en nuestro bienestar emocional, estético, cognitivo e incluso en el desarrollo espiritual.”1
1 (Fromm, E. (1984). El corazón del hombre. México: FCE. Pág. 179.)