La pobreza y la falta de oportunidades, junto con un contexto urbano en deterioro y situaciones de violencia, son desafíos graves que enfrentan muchas comunidades. En más del 50% de los hogares, no se han podido realizar mejoras significativas en las viviendas en los últimos 20 años debido a la falta de recursos. En algunas colonias, el 94% de los habitantes desearía mudarse a otra zona de la ciudad. Las carencias en conectividad a internet y wifi, instalaciones eléctricas insuficientes y opciones limitadas de financiamiento para mejoras en las viviendas son problemas recurrentes. Además, el acceso a servicios básicos sigue siendo deficiente.
Uno de los pilares fundamentales de las metodologías participativas es el reconocimiento de que los habitantes conocen mejor sus problemas y tienen ideas valiosas sobre cómo resolverlos colectivamente. La participación de los residentes no solo fomenta el desarrollo de habilidades de autogestión, sino que también puede reducir los costos de materiales de construcción. La participación se convierte así en un modelo donde los habitantes toman decisiones, influyen en el diseño y controlan el proceso de producción. La Producción Social del Hábitat es un ejemplo exitoso de cómo estas intervenciones pueden movilizar recursos sociales y hacer viables las propuestas.
La pobreza y la falta de oportunidades, junto con un contexto urbano en deterioro y situaciones de violencia, son desafíos graves que enfrentan muchas comunidades. En más del 50% de los hogares, no se han podido realizar mejoras significativas en las viviendas en los últimos 20 años debido a la falta de recursos. En algunas colonias, el 94% de los habitantes desearía mudarse a otra zona de la ciudad. Las carencias en conectividad a internet y wifi, instalaciones eléctricas insuficientes y opciones limitadas de financiamiento para mejoras en las viviendas son problemas recurrentes. Además, el acceso a servicios básicos sigue siendo deficiente.
Metodología para el Co-Diseño:
Información del Trabajo final de Susana Castor y Natyeli Osio:
Las metodologías participativas rompen con las posturas verticales tradicionales, partiendo de los intereses y visiones de los habitantes para mejorar sus condiciones de vida. Promueven una colaboración constante en las comunidades y potencian los liderazgos locales, especialmente entre mujeres. Estas metodologías no solo mejoran la infraestructura física, sino que también fortalecen el tejido social, convirtiendo los espacios urbanos en lugares más habitables y cohesivos.
Las metodologías participativas rompen con las posturas verticales tradicionales, partiendo de los intereses y visiones de los habitantes para mejorar sus condiciones de vida. Promueven una colaboración constante en las comunidades y potencian los liderazgos locales, especialmente entre mujeres. Estas metodologías no solo mejoran la infraestructura física, sino que también fortalecen el tejido social, convirtiendo los espacios urbanos en lugares más habitables y cohesivos.