En cada rincón de México hay una historia que comienza con una idea, con una necesidad o con un sueño. Desde el joven que monta un pequeño café en su barrio hasta la madre soltera que vende productos hechos a mano para mantener a su familia, el emprendimiento es, hoy más que nunca, una parte esencial de nuestra identidad como mexicanos.
Emprender en México no es solo una moda o una opción profesional más: para muchas personas, es una forma de salir adelante frente a la falta de oportunidades laborales, a los bajos salarios o a la desigualdad. Y lo hacen con esfuerzo, ingenio, creatividad y una fuerza admirable. Por eso, hablar de emprendimiento en nuestro país es hablar de resiliencia, de valentía y de comunidad.
Nuestro país tiene una gran riqueza humana que se refleja en sus pequeños negocios: desde los mercados hasta las plataformas digitales. Las micro, pequeñas y medianas empresas representan más del 95% de los negocios en México y dan empleo a millones de personas. Pero detrás de esos números hay rostros, manos, historias y luchas que merecen ser contadas.
Está, por ejemplo, el caso de don Ernesto, un panadero que ha mantenido su negocio familiar por más de 30 años en un pueblo de Veracruz. O el de Mariana, una joven ingeniera que decidió dejar su trabajo en una empresa para crear una app que conecta a agricultores con consumidores directamente.
Y como ellos, hay miles que todos los días se levantan temprano, enfrentan obstáculos y siguen apostando por su proyecto.
Pero emprender en México también es difícil. Muchos negocios no logran sobrevivir más de dos años por la falta de apoyos, la burocracia, la inseguridad o la falta de educación financiera. Sin embargo, el espíritu emprendedor del mexicano se mantiene firme. Hoy más que nunca, las nuevas generaciones están dispuestas a cambiar las reglas del juego, con ideas frescas, sostenibles y con impacto social.
Lo más valioso del emprendimiento es que no solo mueve la economía, también transforma comunidades. Cuando una persona emprende, no solo mejora su vida: crea empleo, promueve el consumo local, cuida el medio ambiente, rescata tradiciones, y muchas veces inspira a otros a intentarlo también.
Además, en los últimos años ha crecido el número de mujeres emprendedoras, quienes no solo enfrentan los retos del negocio, sino también los de una sociedad desigual. Ellas están abriendo camino para otras, demostrando que sí se puede y que el talento no tiene género.
Por eso, el emprendimiento no debe verse como una salida individual, sino como una herramienta colectiva para transformar la realidad. Si como sociedad apoyamos al emprendedor —comprando local, difundiendo, acompañando y exigiendo políticas públicas justas—, estamos construyendo un México más justo, más fuerte y más nuestro.
En cada rincón de México hay una historia que comienza con una idea, con una necesidad o con un sueño. Desde el joven que monta un pequeño café en su barrio hasta la madre soltera que vende productos hechos a mano para mantener a su familia, el emprendimiento es, hoy más que nunca, una parte esencial de nuestra identidad como mexicanos.
Emprender
en México no es solo una moda o una opción profesional más: para muchas
personas, es una forma de salir adelante frente a la falta de
oportunidades laborales, a los bajos salarios o a la desigualdad. Y lo
hacen con esfuerzo, ingenio, creatividad y una fuerza admirable. Por
eso, hablar de emprendimiento en nuestro país es hablar de resiliencia,
de valentía y de comunidad.
Nuestro país tiene una gran riqueza
humana que se refleja en sus pequeños negocios: desde los mercados hasta
las plataformas digitales. Las micro, pequeñas y medianas empresas
representan más del 95% de los negocios en México y dan empleo a
millones de personas. Pero detrás de esos números hay rostros, manos,
historias y luchas que merecen ser contadas.
Está, por ejemplo, el caso de don Ernesto, un panadero que ha mantenido su negocio familiar por más de 30 años en un pueblo de Veracruz. O el de Mariana, una joven ingeniera que decidió dejar su trabajo en una empresa para crear una app que conecta a agricultores con consumidores directamente.
Y como ellos, hay miles que todos los días se levantan temprano, enfrentan obstáculos y siguen apostando por su proyecto.