Share

Ver solo texto

Seguir leyendo

Ver solo texto

WhatsApp

En el arranque del sexenio de la administración de Claudia Sheinbaum (2024–2030), México reporta un entorno favorable para la captación de inversión extranjera directa (IED) y nacional, sustentado en una estrategia dual de promoción de polos regionales y reformulación de políticas industriales.

Durante el primer trimestre de 2025, el país alcanzó un récord histórico de IED, con USD 21.4 mil millones, lo que representa un incremento anual de entre 5.4 % y 9 % . Esta inyección estuvo dominada por reinversiones de utilidades (cerca de 79 %) y en menor proporción por nuevos proyectos (~7–8 %). El principal origen de estos flujos fue Estados Unidos (~39–51 %), seguido por España, Países Bajos, Japón, Alemania y Canadá.
El sector manufacturero concentró aproximadamente la mitad del capital recibido, con énfasis en industria automotriz, autopartes, electrónica y bienes de consumo, reforzado por el impulso del nearshoring. Estados como CDMX, Nuevo León, Jalisco y Chihuahua destacan como principales destinos.

Asimismo, infraestructura crítica —como puertos, aeropuertos y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec— ha sido clave para atraer inversiones, con una canalización calculada de USD 44 mil mdd hacia 2025.

En el ámbito energético y de infraestructura, se destacan compromisos como un proyecto de planta de GNL por USD 15 mmd, inversión logística turística de USD 1.5 mmd de Royal Caribbean, y USD 6 mmd de Amazon para e‑commerce y nube. No obstante, críticas apuntan que parte de estos montos corresponden a proyectos previamente estructurados.

No obstante, persisten riesgos.

Las tensiones en políticas comerciales de EE. UU. (posible revisión del USMCA y amenaza arancelaria), la violencia en zonas industriales como Guanajuato, y la alta proporción de reinversión frente a nuevos flujos, representan desafíos para sostener el ritmo de crecimiento.

En síntesis, este sexenio arranca con indicadores positivos de flujo de capital y diversificación sectorial, renombrando a México como un eje competitivo en manufactura y logística.

Sin embargo, la consolidación del impulso inversionista requerirá robustecer la gobernanza institucional, la seguridad y la capacidad de atraer proyectos de nueva creación.

ve-logo-horizontal-junio-

05

En el arranque del sexenio de la administración de Claudia Sheinbaum (2024–2030), México reporta un entorno favorable para la captación de inversión extranjera directa (IED) y nacional, sustentado en una estrategia dual de promoción de polos regionales y reformulación de políticas industriales.

Durante el primer trimestre de 2025, el país alcanzó un récord histórico de IED, con USD 21.4 mil millones, lo que representa un incremento anual de entre 5.4 % y 9 % . Esta inyección estuvo dominada por reinversiones de utilidades (cerca de 79 %) y en menor proporción por nuevos proyectos (~7–8 %). El principal origen de estos flujos fue Estados Unidos (~39–51 %), seguido por España, Países Bajos, Japón, Alemania y Canadá.
El sector manufacturero concentró aproximadamente la mitad del capital recibido, con énfasis en industria automotriz, autopartes, electrónica y bienes de consumo, reforzado por el impulso del nearshoring. Estados como CDMX, Nuevo León, Jalisco y Chihuahua destacan como principales destinos.

Asimismo, infraestructura crítica —como puertos, aeropuertos y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec— ha sido clave para atraer inversiones, con una canalización calculada de USD 44 mil mdd hacia 2025.

En el ámbito energético y de infraestructura, se destacan compromisos como un proyecto de planta de GNL por USD 15 mmd, inversión logística turística de USD 1.5 mmd de Royal Caribbean, y USD 6 mmd de Amazon para e‑commerce y nube. No obstante, críticas apuntan que parte de estos montos corresponden a proyectos previamente estructurados.

No obstante, persisten riesgos.

Las tensiones en políticas comerciales de EE. UU. (posible revisión del USMCA y amenaza arancelaria), la violencia en zonas industriales como Guanajuato, y la alta proporción de reinversión frente a nuevos flujos, representan desafíos para sostener el ritmo de crecimiento.

En síntesis, este sexenio arranca con indicadores positivos de flujo de capital y diversificación sectorial, renombrando a México como un eje competitivo en manufactura y logística.

Sin embargo, la consolidación del impulso inversionista requerirá robustecer la gobernanza institucional, la seguridad y la capacidad de atraer proyectos de nueva creación.

Este año no ha sido fácil para la economía mexicana. Mientras algunos indicadores muestran estabilidad, otros encienden alertas sobre los retos que vienen. Las tensiones comerciales, el comportamiento de los mercados internacionales y las decisiones políticas internas han dibujado un panorama lleno de contrastes.

La guerra arancelaria impulsada por Estados Unidos ha sido uno de los principales golpes.

México, altamente dependiente del comercio con su vecino del norte, ha resentido las nuevas tarifas impuestas a sus exportaciones.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ajustó sus pronósticos y ahora anticipa que el PIB mexicano podría contraerse 0.3% este 2025. El Banco de México fue menos pesimista, pero también bajó su expectativa de crecimiento a apenas 0.6%. En ambos casos, la lectura es clara: la economía avanza, pero apenas.

Desde el gobierno, sin embargo, el tono es diferente.

La presidenta Claudia Sheinbaum ha defendido su estrategia económica basada en el fortalecimiento del mercado interno y la apuesta por el T-MEC.

Asegura que el crecimiento real podría oscilar entre 1.5% y 2.3%, desestimando las previsiones más negativas.

Su “Plan México” busca impulsar la producción nacional y aprovechar las ventajas regionales, pero enfrenta la realidad de un entorno internacional incierto.

En el terreno de las finanzas públicas, la situación es relativamente estable. La deuda del país se mantiene controlada, cercana al 51% del PIB, pero los ingresos públicos han sido menores a lo esperado. Esto podría obligar al gobierno a hacer ajustes más adelante, ya sea recortando gasto o buscando nuevos ingresos.

¿Y el futuro?

La respuesta, como casi siempre en economía, no es sencilla. Dependerá de factores externos como la evolución de la guerra comercial, pero también de las decisiones internas para mantener la estabilidad y atraer inversiones.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicará en los próximos días nuevas proyecciones que podrían confirmar si México logra sortear este año difícil o si debe prepararse para una recuperación más lenta.

Por ahora, el país camina con cautela, entre la esperanza de un repunte y el riesgo de estancarse.

Hot daily news right into your inbox.

Headline

Never Miss A Story

Get our Weekly recap with the latest news, articles and resources.
Cookie policy
We use our own and third party cookies to allow us to understand how the site is used and to support our marketing campaigns.