Mi nombre es Broderik Lacave Madrid, arquitecto de pasión y profesión. Nací en la ciudad de Tijuana, Baja California —la esquina donde inicia la patria—. Desde mi infancia he sido un individuo muy inquieto, curioso y profundamente observador. Cada detalle atrapaba mi atención: los reflejos de luz, las formas irregulares en la naturaleza, las texturas de los objetos cotidianos, en fin. Con el paso del tiempo, descubrí que lo que más me fascinaba era ver cómo una simple idea podía transformarse en algo tangible, algo real, por lo que me incliné mediante diversas manifestaciones artísticas como la pintura, la música, la literatura, la arquitectura y, especialmente, la fotografía, en plasmar mis ideas.
La fotografía llegó a mí como una forma natural de expresión. Al principio, era un simple registro de los lugares que visitaba, pero pronto entendí que podía ir más allá: que a través de una imagen podía capturar un instante, una emoción y/o un fragmento de historia. En un mundo que avanza con rapidez y nos mantiene constantemente ocupados, muchas veces no nos detenemos a contemplar lo que sucede a nuestro alrededor. Estamos atrapados en la rutina, cumpliendo tareas como si fueran parte de una lista interminable, buscando recompensas económicas o materiales. Pero, ¿qué hay de lo intangible? ¿De esos momentos fugaces que sacuden nuestras emociones? La fotografía me permitió hacer precisamente eso: convertir lo efímero en algo más permanente.
Bien dicen que recordar es volver a vivir. A través de una imagen puedo regresar al lugar donde la tomé, revivir lo que sentí, recordar lo que me inspiró. Como arquitecto, muchas veces expreso más con dibujos o imágenes que con palabras. Una fotografía, como también se dice, puede comunicar más que mil palabras. Puede ser tan poderosa que nos haga imaginar una historia entera, despertar memorias o inspirar nuevas ideas.
Durante mi etapa como estudiante, comprendí que el aprendizaje no debía solamente limitarse a lo que los libros o las enseñanzas de nuestros maestros nos otorgaban. Era necesario salir, observar y explorar. Me inspiraba el hecho de que los grandes arquitectos enriquecían su visión no solo con teoría, sino también con vivencias personales. Querían ver con sus propios ojos lo que otros solo conocían por imágenes: las obras arquitectónicas que han marcado la historia, los contextos culturales que les dieron forma, las ciudades que respiran arte y tradición. Fue entonces que decidí no quedarme únicamente con lo que aprendía en la universidad. Quería vivirlo, caminar esos espacios, sentirlos, absorber su esencia y, sobre todo, capturarlos.
Así nació con más fuerza mi pasión por la fotografía. Cada viaje representa una oportunidad para ampliar mi acervo cultural, visual y emocional. Pero no se trata solo de tomar fotos por tomar. Es capturar la esencia de cada lugar, cada estructura y cada contexto intervenido por el hombre. Me interesa documentar cómo la arquitectura se inserta en el tejido social, cómo dialoga con el entorno, cómo cuenta una historia sin necesidad de hablar. En cada toma intento congelar ese momento en el que la obra construida y la vida cotidiana se cruzan, generando algo único e irrepetible.
El patrimonio arquitectónico y urbano de México es vasto, diverso y está lleno de conocimientos acumulados a lo largo de generaciones que, como nosotros, buscaron dar respuestas a los desafíos de su tiempo. Este legado invaluable no solo refleja nuestra historia, sino que también es una guía para el presente. La Comisión de Patrimonio Arquitectónico de la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana (FCARM) asume la responsabilidad de proteger este patrimonio, promoviendo su conservación y su integración con el desarrollo urbano contemporáneo, para convertirlo en una de las bases fundamentales del ejercicio arquitectónico en México. Este es, en esencia, el principal reto de la Comisión.
México es también un país rico en técnicas constructivas vernáculas, desarrolladas y perfeccionadas a lo largo de siglos para lograr soluciones arquitectónicas adecuadas a las condiciones climáticas y al acceso a los recursos naturales disponibles en las diferentes regiones. La Comisión trabajará incansablemente para promover la difusión y aplicación de este conocimiento, no solo como una forma de conservar la arquitectura del pasado, sino como una fuente de soluciones para los problemas que afronta la construcción contemporánea.
La conservación de nuestro patrimonio no debe ser una tarea exclusiva de las instituciones gubernamentales ni de los esfuerzos de unos cuantos; debe ser una responsabilidad colectiva, compartida por toda la sociedad. Los Colegios de Arquitectos como miembros de la sociedad civil organizada, tienen la capacidad y el deber de ser defensores y promotores de los valores de la arquitectura patrimonial. Es nuestra responsabilidad preservar el conocimiento que nos ha sido transmitido y utilizarlo para seguir mejorando la arquitectura y el urbanismo actual.
El patrimonio cultural debe ser considerado un elemento esencial en las estrategias de desarrollo urbano de todo el país, garantizando que el crecimiento de las ciudades no sacrifique su riqueza patrimonial. En este proceso, los arquitectos podemos ser aliados estratégicos, con la capacidad de influir en las decisiones que impactan directamente en nuestras ciudades y pueblos, defendiendo y dando a conocer la riqueza artística, histórica y científica que se puede encontrar en la buena arquitectura de todos los tiempos. Para potenciar esta capacidad entre los miembros de la FCARM, desde la Comisión impulsaremos programas de formación en materia de intervención en el patrimonio construido. Buscando no solo fortalecer la técnica y la teoría en esta disciplina, sino también profundizar el compromiso de los arquitectos con la protección de los bienes patrimoniales. La capacitación continua será esencial, y reconoceremos la experiencia de aquellos especialistas que ya formen parte de la FCARM y que, con sus conocimientos y habilidades, puedan contribuir al fortalecimiento de este tema entre los Colegios.
En conclusión, la Comisión de Patrimonio Arquitectónico de la FCARM trabajará para la integración de este tema en la práctica profesional, el fortalecimiento de la formación de los arquitectos y la revalorización de las técnicas tradicionales, trabajaremos juntos para garantizar que el vasto y rico patrimonio de México no solo sobreviva, sino que se convierta en un impulso para el desarrollo de nuestro país.
Editorial | Diciembre
PANORAMA EMPRESARIAL
Impulsando el crecimiento de México al Mundo
Por: Staff / RC Forums
El panorama empresarial de México está lleno de oportunidades, pero también de retos constantes. En RC Corporativo / RC FORUMS, entendemos que para que las empresas puedan prosperar en un entorno cada vez más competitivo, deben contar con las herramientas adecuadas. Durante más de 20 años, hemos apoyado a las empresas mexicanas proporcionando recursos financieros clave, como el capital de trabajo, que les permite dar el siguiente paso en su crecimiento, expandirse a nuevos mercados y fortalecer su competitividad.
El capital de trabajo es mucho más que un recurso financiero; es la clave para transformar el potencial de las empresas en resultados tangibles. Con acceso a estos fondos, las empresas pueden mejorar sus procesos, invertir en innovación y, lo más importante, generar valor para la economía local y nacional. En un entorno en el que el cambio es la única constante, el acceso a recursos adecuados se convierte en un factor decisivo para asegurar el éxito a largo plazo.
Es en este contexto donde cobra relevancia nuestra alianza con el Instituto de Alta Dirección Anáhuac (IADA). A través de esta colaboración, no solo proporcionamos apoyo financiero, sino también herramientas de formación para que los empresarios puedan fortalecer sus capacidades de liderazgo. El IADA, con su reconocido enfoque en la educación empresarial de calidad, nos permite ofrecer a los empresarios no solo recursos, sino también el conocimiento necesario para tomar decisiones estratégicas con base en la realidad del mercado.