Los ambientes regenerativos. Lo Regenerativo más allá de lo sostenible.

Actualmente, vivimos en un momento crítico en la historia donde la condición de bienestar y calidad de vida de las personas se ha visto comprometida por sucesos como la pandemia y los efectos del cambio climático, donde nos hemos dado cuenta que la capacidad de recuperación del ecosistema se ha sobrepasado por el uso y abuso excesivo de los recursos naturales disponibles y la contaminación ambiental. Hablar de regeneración, implica hacer un cambio de perspectiva, respecto al cómo habitamos y qué responsabilidades tenemos como seres humanos en el cuidado de nuestro planeta, donde estamos obligados a comprender que no es sólo reaccionar ante lo que hemos hecho mal, sino plantear una mejora sustancial en nuestra forma de vida en armonía con la naturaleza.

Un ambiente regenerativo es aquel que orienta a comportamientos, posturas y acciones que precisan una mejor interconexión entre el usuario y su entorno, integrando a otros seres vivos, espacios, lugares, atmósferas y territorios, desde un enfoque de consciencia y responsabilidad ambiental. Así pues, en función de nuestra capacidad adaptativa humana, desarrollamos de manera permanente procesos de interacción y adaptación ambiental los cuales se desarrollan a partir de la percepción, experiencias y estímulos ambientales. Si planteamos el concepto de adaptación ambiental en las viviendas y barrios, atendiendo a una escala local, esto incluye aspectos como la evaluación de las características del ambiente urbano arquitectónico, la localización del barrio y la vivienda, la accesibilidad a espacios públicos, la calidad de los servicios básicos, el transporte, el tráfico, y la exposición a peligros antrópicos (contaminación e inseguridad) y a peligros naturales (inundaciones y terremotos). Biológicamente los seres humanos tenemos la capacidad de adaptación a diferentes circunstancias y contextos, lo que puede derivar en situaciones, experiencias, sentimientos, comportamientos y adaptaciones positivas y negativas. Un ejemplo de ello, es que se ha evidenciado que los problemas del entorno físico-social de la vivienda y el barrio condicionan el proceso de adaptación de las personas, con mayor razón los adultos mayores y personas con discapacidad, al tener mayores limitaciones en el uso del espacio.