En un rincón remoto de Colón, al que se llega solamente en un vehículo todoterreno después de atravesar tres ríos, y al que no llega la electricidad, se erige un hogar hecho con muy pocos elementos, la mayoría recolectados del mismo terreno en el que se construye.
Se trata de una ‘casa embarrada contemporánea’, como le llama la arquitecta Alejandra Cano, co-fundadora de Sepia Panamá. El deseo de construir una casa de este tipo se inició con su abuela materna, quien siempre quiso una casa embarrada en la montaña, pero nunca se la pudo hacer. Ese mismo anhelo lo heredo su madre y finalmente se está viendo concretado.
La técnica en la que se basa es la de ‘Earthbag house’, desarrollada en California y adaptada a los climas tropicales. Después de leerse los manuales, Cano y su socio, el ingeniero civil y geotecnólogo Luis C. Ferreira diseñaron la morada y se dispusieron a armarla poco a poco, utilizando adobe de la finca, arena y piedra del río que la atraviesa y sacos de arroz. El repello final lo harán con una mezcla de quincha, paja, celulosa y harina cocida.
‘Es una técnica muy fácil y barata’, señala Cano. ‘Lleva bastante mano de obra, pero cualquiera puede hacerse una casa así si se estudia el manual’.