Este artículo analiza cómo la percepción de temor influye en las dinámicas sociales y barriales en Latinoamérica, una región marcada por desigualdades y alta violencia. El miedo en las ciudades, a menudo más perjudicial que el crimen mismo, surge como consecuencia de exclusión social, económica y cultural, debilitando la cohesión social y afectando las actividades económicas.
La percepción de temor transforma los espacios públicos en focos de exclusión y riesgo, especialmente para los jóvenes. La recuperación de estos espacios y el empoderamiento de los habitantes son esenciales para contrarrestar este fenómeno. Evaluar contextualmente los elementos físicos que generan nerviosismo respecto al delito permite identificar y abordar los atributos espaciales que fomentan el temor, además de dar la oportunidad a arquitectos y diseñadores de modificar esos elementos físicos y de esta forma dar vuelta a las sensaciones negativas producidas en el espacio.
La metodología CPTED (Prevención del Crimen a través del Diseño Ambiental por sus siglas en inglés), cuando se aplica correctamente, puede prevenir delitos de oportunidad, reducir la percepción de temor y aumentar la cohesión comunitaria. Para el arquitecto, implementar CPTED en proyectos es un puente de oportunidad, ya que estas medidas no solo mejoran la seguridad y el confort para el cliente, sino que también son necesarias y lógicas para crear entornos urbanos más seguros y acogedores. Integrar CPTED en el diseño refuerza el compromiso como profesional, con la seguridad y el bienestar de los ciudadanos.
El artículo muestra dos ejemplos donde la metodología CPTED fue implementado en México y en Chile y que fueron casos de éxito y de aprendizaje para valorar el rol de la metodología en Latinoamérica. Este artículo subraya la necesidad de integrar la planificación urbana con el entendimiento de la percepción de temor para mejorar la calidad de vida en los barrios y ciudades.