El éxito de un diseño comercial radica en comprender a profundidad al público objetivo, y La Catrina Salón es un ejemplo perfecto de esta premisa. Esta estética, reconocida por su enfoque innovador y su filosofía expresada en eslóganes como “We are the rockstars of hair” y “Hair witches”, se especializa en coloración capilar con sus exclusivas “pócimas” de Kerastase. Inspirados en este concepto, el diseño del espacio busca recrear la atmósfera mística de Salem, conocida como “La Ciudad de las Brujas”.
En un espacio compacto de 65 m² en planta baja, logramos integrar ocho estaciones de trabajo, tres lavacabezas, áreas de espera, recepción, un coffee bar y un baño, todo con mobiliario personalizado hecho a mano. Para resaltar el diseño, se realizó un estudio de iluminación que combina tonos cálidos y fríos, destacando la saturación cromática del espacio. Elementos como la mampara púrpura de la entrada, ideal para reels, y el vitral rojo que aporta dramatismo a la zona de espera, refuerzan la identidad única del salón.
El éxito de La Catrina inspiró la apertura de una segunda etapa en la planta alta, llamada Culto, un espacio holístico que conecta con la naturaleza desde una perspectiva estética y espiritual. El diseño de Culto marca una transición entre el estilo gótico de la planta baja y un ambiente ecléctico inspirado en bosques y misticismo. La escalera que conecta ambos mundos guía a los clientes entre estantes decorados con “pócimas” y plantas.
En torno a una barra central para mixología capilar, Culto distribuye sus espacios: zona de espera/bar, cuatro estaciones de trabajo, un spa privado con camas de hidromasaje y un área de preparación. La fusión de funcionalidad, estética y filosofía convierte a La Catrina y Culto en referentes del diseño comercial transformador.