En la actualidad el crecimiento acelerado de la población se ha vuelto uno de los principales problemas ambientales en el mundo. Algunas de las características de este rápido crecimiento es la urbanización sin una adecuada planeación y escaso desarrollo de la infraestructura verde; este esquema de desarrollo urbanístico causa un sin número de problemas ecológicos, entre los que se encuentran la degradación y pérdida de áreas verdes urbanas, dentro y en la periferia de las ciudades.
Las áreas verdes son elementos importantes de la infraestructura como indicadores del sistema ambiental de las ciudades, ya que juegan un papel fundamental en mantener la sostenibilidad del entorno urbano. La vegetación más importante en las áreas verdes urbanas son los árboles, ya que, por su tamaño provee una mayor cantidad de beneficios (servicios ecosistémicos). De tal manera que en una ciudad los árboles representan un recurso invaluable para la población y el ambiente.
Los servicios ecosistémicos que los árboles ofrecen a la ciudad son diversos, podemos mencionar, por ejemplo, la captura de contaminantes atmosféricos, reducción de ruido, belleza escénica, regulación de temperatura, incremento y refugio de fauna local, entre muchos otros. Sin embargo, el arbolado urbano cuenta con beneficios que en su mayoría son intangibles para la población por lo que son poco valorados y, por tanto, reciben poca atención; a pesar de esto, los servicios que ofrecen los árboles a la ciudad son destacables y muy importantes, por lo que es imperativo mantenerlos en buen estado y generar medidas que promuevan su adecuado establecimiento, mantenimiento y cuidado. No obstante, las áreas verdes urbanas por lo general son espacios de un tamaño reducido y se encuentran altamente fragmentados, por lo que los beneficios del arbolado ahí establecido se ven limitados o reducidos, debido entre otras razones, a que las áreas verdes urbanas se encuentran en constante interacción con los elementos urbanos y en competencia con el uso del suelo urbano.
Por lo anterior, las áreas verdes urbanas presentan condiciones poco favorables para establecer y mantener diversos tipos de vegetación arbórea en buenas condiciones de salud, lo que agrava la situación ambiental del entorno urbano, situación que se vuelve critica cuando los espacios verdes vulnerables son integrados al crecimiento de la ciudad cuando son utilizados para un fin diferente al de sostener vegetación.
Investigaciones recientes relacionadas a las áreas verdes urbanas y al arbolado señalan, por ejemplo, que los espacios verdes de gran tamaño presentan una mayor diversidad de especies arbóreas, mientras que en los espacios de menor tamaño se observa una situación contraria, lo anterior puede dar una pauta en el diseño de áreas verdes con fines de incrementar los servicios que el arbolado ofrece a una ciudad, esto al contar con un mayor número de individuos y especies.
De tal manera que con la finalidad de fomentar el bosque urbano, el Dr. Cecil Konijnendijk sugirió la regla 3-30-300 que considera que deberían de observarse 3 árboles desde la casa, un 30% de cobertura arbórea en cada zona de la ciudad y un parque o área verde a 300 metros de distancia. Además, la diversidad del arbolado urbano también es reconocida como una característica que les provee estabilidad y resistencia a plagas y enfermedades, lo que mejora su condición general, establecimiento y capacidad para ofrecer más y mejores servicios ecosistémicos. A nivel bosque urbano se recomienda la regla 10-20-30 que señala que la población del arbolado de la ciudad no debe tener más de un 10% de una especie, 20% de un género y 30% de una famila.
Conclusiones
Los árboles urbanos son elementos de la infraestructura verdes que son importantes para la sostenibilidad de las ciudades por los diversos servicios ecosistémico que ofrecen, sin embargo, el crecimiento urbano actual no promueve un desarrollo conjunto entre la ciudad y la vegetación arbórea, entre otras razones, debido a que no contempla un esquema de diseño, creación, mantenimiento y cuidado de áreas verdes urbanas. Esta situación demerita la calidad de los espacios verdes actuales y de su vegetación, principalmente del arbolado, lo que en algunos casos lleva a la pérdida de estos espacios a través del proceso de subutilización (estacionamientos, basureros, pasos peatonales, entre otros) que finaliza en la integración del espacio a la trama urbana con otro uso. Por lo anterior, es importante establecer políticas públicas y conciencia en la población para que contemplen la creación y cuidado de más espacio verdes, que permitan ofrecer más y mejores servicios a las personas y al entorno urbano.
Literatura
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