Vanguardista de 90 años
Hoy, muchos jóvenes sueñan con alcanzar el éxito a los veinticinco años y llegar libres de responsabilidades laborales antes de los cincuenta. El caso de Frank O. Gehry representa todo lo contrario. El arquitecto comenzó a ser reconocido por su trabajo en Estados Unidos casi a los cincuenta años, a los sesenta, en 1989, recibió el Premio Pritzker, considerado el Nobel de la arquitectura, y ocho años después, en 1997, aproximándose a los setenta, alcanzó la fama mundial tras la inauguración del Museo Guggenheim de Bilbao, España, que para muchos sigue siendo su obra maestra.
¨El arquitecto comenzó a ser reconocido por su trabajo en Estados Unidos casi a los cincuenta años, a los sesenta, en 1989, recibió el Premio Pritzker, considerado el Nobel de la arquitectura¨.
El longevo arquitecto ha manifestado durante años que considera que la arquitectura es un arte con el que busca producir emociones por medio de formas creadas con materiales inertes, así como la música lo hace con sonidos.
Para sus críticos más severos, las obras de Gehry no son más que puro espectáculo y resultan poco funcionales, al tiempo que consideran que se ha dedicado a repetirse una y otra vez. Al respecto, Paul Goldberger, autor de la biografía Construyendo arte: la vida y obra de Frank Gehry, explica que el arquitecto siempre tuvo la esperanza de crear diseños vanguardistas y populares, capaces de romper esquemas. Es un profesional que le huye a la arquitectura seca y aburrida, y que disfruta, sobre todo, trabajar con clientes que le den la libertad de explorar, en lugar de ordenarle qué debe hacer.
1978: Casa Gehry. Santa Mónica, California, Estados Unidos
Gehry transformó una vivienda tradicional en un hogar singular para él, su segunda esposa, la panameña Berta Isabel Aguilera (con quien ha estado casado desde 1975), y sus dos hijos. Malla metálica, madera contrachapada, vidrio, cemento y ángulos atrevidos hicieron de la obra una pesadilla para los vecinos y un lugar de culto para los seguidores del ganador del Pritzker. La pareja vivió allí hasta finales de 2018, cuando se mudó a su nueva casa de ensueño, diseñada por su hijo Samuel, también arquitecto.
1978: Casa Gehry. Santa Mónica, California, Estados Unidos
Gehry transformó una vivienda tradicional en un hogar singular para él, su segunda esposa, la panameña Berta Isabel Aguilera (con quien ha estado casado desde 1975), y sus dos hijos. Malla metálica, madera contrachapada, vidrio, cemento y ángulos atrevidos hicieron de la obra una pesadilla para los vecinos y un lugar de culto para los seguidores del ganador del Pritzker. La pareja vivió allí hasta finales de 2018, cuando se mudó a su nueva casa de ensueño, diseñada por su hijo Samuel, también arquitecto.
La construcción, que parece una sofisticada y aparentemente liviana escultura cubista, tiene 11.700 m2, 3.600 paneles de vidrio y ha sido una de las más aclamadas del prolífico arquitecto.