Estamos constantemente habitando desafíos que en su velocidad, contexto y contenido deben ser atendidos desde lo que somos y hacemos con coherencia en nuestro diario vivir, sentir, pensar, reaccionar y actuar, como parte de un gran sistema global.

Hemos vivido experiencias profundas, llenas de cambio, que nos llevan a atrevernos a evolucionar y cambiar la forma de hacer las cosas, de aprender y de desarrollar nuestras competencias. Para ello hemos creado nuevos procesos ágiles, recursos, nuevas formas virtuales que están asociados a un impacto social global. Es así como este momento disruptivo va más allá, rompe paradigmas e invita a las personas a observar con otros ojos, creer y crear desde otras perspectivas como la creatividad y la innovación con el foco puesto en el ser humano.

Las mentes disruptivas, en pocas palabras, son aquellas que logran unir una serie de puntos que aparentemente no tienen relación entre sí. La palabra disrupción en sí misma implica modificar lo existente, someterlo a un caos que genere otro orden.

Características del pensamiento disruptivo y su papel en la innovación

El pensamiento disruptivo es un enfoque que desafía las ideas preconcebidas y cuestiona el Status quo para encontrar soluciones innovadoras. Este tipo de pensamiento es esencial para promover la innovación y ampliar los límites en varias industrias. Los pensadores disruptivos se destacan por cuestionar el Status quo, preguntándose constantemente por qué las cosas se hacen de la manera en que se hacen y explorando enfoques alternativos. Al hacerlo, pueden identificar oportunidades ocultas y generar nuevas posibilidades que antes no se veían. El pensamiento disruptivo es una característica clave de las personas que están dispuestas a desafiar la norma y pensar fuera de la caja.