Esta es quizá la más relevante. Analiza la viabilidad en el mercado de un producto o servicio. Se interesa, sobre todo, por satisfacer las necesidades del cliente que a su vez es el centro de toda empresa.
Aquí la tecnología adquiere especial relevancia. Se busca conocer qué recursos técnicos precisa la empresa para llevar a cabo un proyecto. Sobre todo, los relacionados con las tecnologías de la información y comunicación (TIC).
Como su nombre indica estudia las leyes, normas o reglamentos que afectan a un negocio o un proyecto empresarial. Por tanto, en este caso lo que interesa es el marco jurídico necesario para llevarlo a cabo.
Esta es muy habitual, sobre todo, en grandes empresas. Lo que intenta averiguar es si esta cumple con sus convenios y acuerdos internos. Por ejemplo, los relacionados con sindicatos, empleados o accionistas. Un ejemplo habitual son las guarderías para los hijos de los empleados.
Pero, ¿qué diferencia hay entre los estudios de factibilidad y los de prefactibilidad? A primera vista podrían confundirse, pero existen importantes diferencias entre ellos. Para los últimos, que son los primeros que se deben realizar, ofrecen una visión inicial del alcance del proyecto, una sustentación de por qué vale la pena el esfuerzo y una proyección financiera que permita vislumbrar las inversiones. Es, en definitiva, una suerte de diagnóstico sobre la posibilidad de aventurarse en esa determinada obra.
En la factibilidad, se entiende que el proyecto tiene el primer aval o espaldarazo, así que la información se detalla para conocer la viabilidad económica, los tiempos de ejecución, los recursos que se precisan, el flujo de trabajo, sus etapas y, desde luego, la situación del mercado. Recordemos que la construcción, como cualquier negocio, debe garantizar unos ingresos que soporten la inversión inicial, los gastos y costos y, al final del ejercicio, permita obtener ganancias.
En este escenario, una herramienta fundamental es el presupuesto, estimado con valores reales del mercado y con cantidades o unidades de medida que permitan tener una visual de los números. Para calcularlo y controlarlo, se cuentan con los softwares Construplan y Construcontrol que son de gran utilidad en esta fase del proyecto.
Ahora bien, los análisis del terreno son inherentes a los proyectos constructivos, de la misma forma que temas legales vinculados específicamente con el trámite de la licencia de construcción, que debe adelantarse ante las curadurías. Estas entidades, a su vez, realizan sus propios análisis para, de acuerdo con las especificaciones y formulaciones presentadas, se estime la conveniencia o no de la realización de la obra.
Una de las claves del éxito de cualquier tipo proyecto está en su correcta planeación. En efecto, contar con toda la información o “data” necesaria para prever tanto un buen desempeño, como un buen resultado, minimiza riesgos y garantiza en términos financieros, el retorno de la inversión.