Implementar el hábito de puntualidad requiere disciplina y sinceridad. Eres la primera persona ante la cual, tienes que aceptar que no eres puntual y de las afectaciones que ello le ocasiona a tu vida. Llegar “poquito” tarde o tarde a todo y, en todo no sólo es hacer referencia al reloj. El tiempo es un recurso compartido y a veces lo olvidamos, omitimos que nuestras acciones perjudicar a otros al esquematizar la impuntualidad como una situación normal cuando en realidad es un problema global, a partir de la falta este hábito en las personas.
La Cultura de la Puntualidad es una iniciativa que nace de CONCAMIN Bajío con la finalidad de reducir el impacto que causa la puntualidad de una o más personas en acciones colaborativas. El sector industrial ha implementado el factor tiempo en sus procesos, haciéndolo notar claramente como un indicador de alto impacto. En la calidad de vida de los empleados y de la sociedad en general, la puntualidad debe ser primordial en los centros de trabajo e incrementar (no incentivar) esta práctica como un valor compartido hasta la conformación de la Cultura de la Puntualidad como diferenciadora de la población guanajuatense y sus empresas.