TEC MTY 2 - 2
LA VIDA
Ricardo Vela Ramírez.
@tactil.arquitectos @ricardovela.mx
Intención Ingenua
Cada espacio que, gracias al internet, se puede visualizar e intentar vivir, aunque sea de una manera fragmentada y distante, a través de la mente, contiene relaciones estrechas con las pinturas de Giorgio Morandi, aquel pintor que dijo que nada es más abstracto que la realidad, que son, en sí mismas y para muchos, “obras de franca simplicidad que constituyen potentes proposiciones metafísicas y reflexiones filosóficas sobre el ser y la existencia, el silencio y la soledad.” [1] Con esto, no se pretende afirmar que la Casa Rode es un simbolismo ingenuo de la obra de Morandi, sino que como escribe Jean-Paul Sartre: “Tintoretto no escogió aquella escisión amarilla en el cielo sobre el Gólgota para indicar angustia o provocarla. No cielo de angustia o cielo angustiado; es una angustia que se convierte en cosa, una angustia que ha pasado a ser una escisión amarilla del cielo (…). Ya no es legible.” [2] Nuestra casa en cuestión, asimismo, ha convertido la vida en cosa, el vivir en cosa, poniendo la vida, sin ningún tipo de mistificación o pretensión, ante cualquier cuestión. O como mejor redacta el premio nobel mexicano, Octavio Paz, en su libro Obras Completas VII, en torno a la manera de abordar su trabajo: “Triunfo final de la memoria, es decir, de la vida, sobre la estética” [3].
[1] Pallasmaa, J. (2013). La Imagen Corpórea. Barcelona, España: Gustavo Gili. (p.108)
[2] Pallasmaa, J. (2012). La Mano que Piensa. Barcelona, España: Gustavo Gili. (p. 151)
[3] Paz, Octavio. (2014). Obra Poética: Obras Completas VII. Ciudad de México, México: Fondo de Cultura Económica. (p. 15)
Para entender la Casa Rode es indispensable comprender la carga emocional, intelectual y filosófica de sus autores, el despacho Pezo von Ellrichshsausen, quienes practican tanto la arquitectura como las artes plásticas y pictóricas. Citando las palabras de los autores en su libro Intención Ingenua, “Aquello que entendemos como práctica profesional no solo esta temporal e instrumentalmente dividido, sino que implica una relativa reciprocidad. Siempre tendemos a establecer un juicio comparativo en lo que realizamos en el ámbito de la arquitectura haciendo referencia a aquello en lo que creemos para el arte, y viceversa.” [1] Podemos comprender los fuertes lazos que existen entre las dos vertientes de su día a día; una que tiene una relación más íntima y sensual con la creación artística y artesanal desde sus propias manos, y la otra que, sin dejar de lado lo anterior, plasma los mismos mensajes en objetos arquitectónicos concretos y tangibles que tienen un lugar en el mundo material e imaginario. Partiendo de esto, se puede afirmar que la Casa Rode nace naturalmente de dos visiones; la artística/artesanal y la arquitectónica/constructiva, que hoy en día, incluso, pudieran parecer antagónicas, pero que en realidad siempre han sido dos hermanas que se alejaron por un tiempo y hoy se reencuentran, conscientes de los lazos inquebrantables que las atan.
[1] Pezo, M. & Ellrichshausen, S. (2017). Intención Ingenua. Barcelona, España: Gustavo Gili. (p.13)
Figura 3. Dos hermanas.
Evocaciones
En su libro Modos de Ver, John Berger nos habla de cómo puede afectar la perspectiva del espectador cuando contempla una obra de arte cuando dice: “La pintura entra a la casa de cada telespectador. Allí está, rodeada por sus papeles pintados, sus muebles y sus recuerdos. Entra en la atmósfera de la familia. Se convierte en su tema de conversación. Presta su significado al de ellos, y, al mismo tiempo, entra en un millón de casas y, en cada una se contempla en un contexto diferente. Gracias a la cámara, la pintura viaja hasta el espectador en lugar de a la inversa. En estos viajes, su significado se diversifica” [1]. Asimismo, el significado de la Casa Rode, hijo de las dos visiones anteriormente mencionadas, ha sido diversificado indudablemente durante su viaje hasta los ojos de quien escribe. No porque haya sido concebida con diferentes significados desde un inicio sino porque quien mira una obra fuera de su envolvente inmediata tenderá, indudable e irremediablemente, a plasmarse a sí mismo en ella, a plasmar sus convicciones y añoranzas.
La Casa Rode no ha inventado nada, de nuevo, se afirma que es el vivir mismo. La Casa Rode es al vivir lo que el habitante a sus entrañas. Se puede afirmar, bien, que esta casa es el culmen del choque y reencuentro entre el arte y la arquitectura con el vivir, con el buen vivir. Formado por un matrimonio, Sofía y Mauricio, el despacho Pezo von Ellrichshausen ha dado vida, por medio de sus manos y cerebros, y las conexiones entre ambos, a lo que es el calor de la madriguera para el animal, a la esencia misma del vivir, en fin, del habitar. Es un potente mensaje, nacido desde una franca simpleza y humildad, que rompe paradigmas, y protesta, por medio de sus múltiples lenguajes; desde el artístico hasta el arquitectónico, contra una vacua manera de vivir, intentando frenar, desde su trinchera, el debacle emocional y existencial de una sociedad que, aún ciega voluntariamente, propone una de vida solo mirar
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[1] “Berger, J.”, “Blomberg, S.”, “Fox, Chris”, “Dibb, M.” & “Hollis, R.” (1972). Modos de ver. Londres: Gustavo Gili. (p.20)
Figura 4. Ceguera.
Referencias bibliográficas
Bachelard, G. (1965). La Poética del Espacio. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica.
“Berger, J.”, “Blomberg, S.”, “Fox, Chris”, “Dibb, M.” & “Hollis, R.” (1972). Modos de Ver. Londres: Gustavo Gili.
“Casa Rode / Pezo von Ellrichshausen” 17 ene 2018. ArchDaily México. Recuperado el 2 Jun 2020 de https://www.archdaily.mx/mx/887188/casa-rode-pezo-von-ellrichshausen
Pallasmaa, J. (2018). Esencias. Barcelona, España: Gustavo Gili.
Pallasmaa, J. (2013). La Imagen Corpórea. Barcelona, España: Gustavo Gili.
Pallasmaa, J. (2012). La Mano que Piensa. Barcelona, España: Gustavo Gili.
Paz, Octavio. (2014). Obra Poética: Obras Completas VII. Ciudad de México, México: Fondo de Cultura Económica.
Pezo, M. & Ellrichshausen, S. (2017). Intención Ingenua. Barcelona, España: Gustavo Gili.
Tolstoi, L. (1886). ¿Cuánta tierra necesita un hombre? Rusia: Nórdica Libros
